Software Libre y La Escuela

El software libre (en inglés free software, aunque esta denominación también se confunde a veces con "gratis" por la ambigüedad del término "free" en el idioma inglés, por lo que también se usa "libre software" y "logical libre") es la denominación del software que respeta la libertad de todos los usuarios que adquirieron el producto y, por tanto, una vez obtenido puede ser usado, copiado, estudiado, modificado, y redistribuido libremente de varias formas. Según la Free Software Foundation, el software libre se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar el software y distribuirlo modificado.



El software libre suele estar disponible gratuitamente, o al precio de costo de la distribución a través de otros medios; sin embargo no es obligatorio que sea así, por lo tanto no hay que asociar software libre a "software gratuito" (denominado usualmente freeware), ya que, conservando su carácter de libre, puede ser distribuido comercialmente ("software comercial"). Análogamente, el "software gratis" o "gratuito" incluye en ocasiones el código fuente; no obstante, este tipo de software no es libre en el mismo sentido que el software libre, a menos que se garanticen los derechos de modificación y redistribución de dichas versiones modificadas del programa.

Tampoco debe confundirse software libre con "software de dominio público". Éste último es aquel software que no requiere de licencia, pues sus derechos de explotación son para toda la humanidad, porque pertenece a todos por igual. Cualquiera puede hacer uso de él, siempre con fines legales y consignando su autoría original. Este software sería aquel cuyo autor lo dona a la humanidad o cuyos derechos de autor han expirado, tras un plazo contado desde la muerte de este, habitualmente 70 años. Si un autor condiciona su uso bajo una licencia, por muy débil que sea, ya no es del dominio público.

Razones por las que deberíamos usar software libre en la escuela
No se trata de sustituir un sistema operativo por otro porque sea más barato, seguro y fiable. Enseñar con GNU/Linux no es sólo usarlo sino trasmitir el espíritu de colaboración y cooperatividad que implica cualquier empresa de conocimiento. El software libre es en sí mismo educativo por los valores que le acompañan.
Un supuesto básico de la educación es que cualquier materia con dedicación, esfuerzo, estudio y unas actitudes y aptitudes personales es accesible al conocimiento. Ocultar el conocimiento nunca ha formado parte de los manuales ni de la ética profesional de los docentes. Es la búsqueda dinámica y transparente del conocimiento lo que se comparte por la comunidad, pues es su mayor activo económico y cultural.
Si el conocimiento no se comparte se niega la posibilidad de su transmisión y, por consiguiente, de la educación misma. No negamos la la convivencia informática de herramientas propietarias y libres. Es más, es preciso apostar por ella porque combinadas alcanzan un mayor afrontamiento informático de la realidad; solucionando y rentabilizando los productos ya adquiridos.
Cuando un profesor enseña a sus alumnos con una aplicación propietaria se coloca en una auténtica encrucijada, porque esto obliga al alumno a comprar el software o a copiarlo ilegalmente. Ahora bien, si el profesor no le deja copiar el programa está negando su ayuda y si lo deja copiar está enseñando al alumno que se puede violar la ley cuando ésta no nos gusta o va contra nuestro propio interés.
A estas consideraciones éticas pueden añadirse varios argumentos puramente técnicos que justificarían por sí sólos el uso de software libre, veamos:
  • El código es abierto. Se pueden reutilizar fragmentos de código de cualquier programa o incluso modificar el programa para las propias necesidades. Por ejemplo modificarse para ofrecer al alumno una versión simplificada, o darle una aparicencia similar a las herramientas a las que el alumno está acostumbrado. En el caso que la enseñanza sea para informáticos, para gente que puede entender las interioridas de las herramientas, la disponibilidad del código fuente es fundamental. Leer código es una buena forma de aprender a programar.
  • Tiene la red de soporte más amplia de Internet. Existe grupos de usuarios muy activos y organizados que se ayudan entre sí. Si uno tiene un problema puede dirigirse a ellos para tratar de resolverlo.
  • Es auditable. Puede inspeccionarse su código fuente para detectar errores de programación o seguridad. Nadie puede colarnos una puerta trasera con propósitos no declarados. Se gana por tanto en seguridad.
  • Formatos estándar. El software propietario usa por defecto formatos de datos también propietarios y cerrados tales como el .doc de Microsoft WordTM que únicamente pueden ser recuperados por la aplicación que los generó. Cuando creamos un documento con el propósito de difundirlo debemos usar formatos libres y abiertos (como .txt, .ps, .html), puesto que usar un formato propietario obliga al receptor a comprar el programa para leerlo y aceptar la licencia que lo acompaña.
  • Resistentes a los virus. Por ejemplo existen poco más de 4 virus conocidos para GNU/Linux, mientras que en otros sistemas el ritmo de proliferación de virus es de 15 nuevos virus al día, nivel que sigue aumentando. Puede pensarse que cuando se generalice su uso apareceran también mayor cantidad de virus al convertirse en blanco de los crackers. Esto sólo es cierto en parte, puesto que el que existan muy pocos virus conocidos no es únicamente cuestión de falta de atención sino sobre todo de diseño del sistema operativo. Hacer virus para GNU/Linux es bastante más complicado, con lo que puede preverse que no aumentarán al nivel de los que tiene el software dominante.
  • Seguro y fiable. El alumno no puede dañar el sistema ni voluntaria, ni accidentalmente. Los niveles de seguridad del sistema son tales que no será preciso reinstalar el software casi de continuo como sí que está ocurriendo en nuestras actuales aulas de informática.
  • Permite reutilizar equipos. Los equipos que han sido arrinconados porque no pueden mover las últimas versiones de software propietario, podrán volver a utilizarse de diversos modos. Probablemente no se serán capaces de ejecutar entornos de escritorio como el GNOME o KDE, pero existen tecnologías que nos permitirán volverlos operativos con un alto nivel de productividad.
Uno de los problemas más graves que tiene en la actualidad GNU/Linux es la escasez de controladores para el hardware más moderno, lo que repercute en que alguno de los componentes de su recientemente adquirido ordenador no sea correctamente detectado e instalado. Seguramente ya habrá oido hablar de esto pero no sepa cuál es la causa.

 Los fabricantes tienden cada vez más a mantener en secreto las especificaciones del hardware. Esto dificulta enormemente la tarea de escribir controladores para que Linux sea compatible con el hardware nuevo. "Hoy contamos con sistemas libres y completos, pero no durarán mucho si no son compatibles con los ordenadores del mañana". (http://biblioweb.sindominio.net/pensamiento/softlibre/ Software libre para una sociedad libre, R. Stallman)

Hay dos formas de enfrentarse a este problema. Los programadores pueden hacer ingeniería inversa para descubrir cómo crear programas compatibles con el hardware. Los usuarios podemos comprar únicamente el hardware compatible con Linux. A medida que aumente el número de usuarios de software libre el secretismo de estas especificaciones se convertirá en una política contraproducente.